Un niño ucraniano de 11 años viaja solo 1.200 kilómetros hasta Eslovaquia con un número de teléfono escrito en la mano.

La madre del pequeño lo subió a un tren en Zaporiyia el día en que las tropas rusas bombarcearon y ocuparon la central nuclear. Ella no pudo acompañarle porque tenía que quedarse a cuidar a su madre discapacitada.Los voluntarios se hicieron cargo del niño, que llegó a tierra eslovaca el sábado, y pudieron proporcionarle recursos básicos como comida y bebida. La policía dijo que el niño «se ganó el corazón de todos con su sonrisa, su coraje y su determinación, dignos de un verdadero héroe». Gracias al teléfono que el niño llevaba anotado en la mano con bolígrafo, la policía pudo contactar con los familiares del niño en Eslovaquia, quienes lo recogieron y lo llevaron a Bratislava. «Estoy muy agradecida de que haya salvado la vida de mi hijo», ha dicho la madre tras conocer que su hijo está sano y salvo.}