Un auto hecho con cannabis: el alucinante proyecto ecológico de los años 40

Un auto hecho con cannabis: el alucinante proyecto ecológico de los años 40

Henry Ford combinó su pasado como agricultor con su visión futurista en la industria en un prototipo construido en un plástico creado con soja y fibras vegetales. Era liviano e indestructible

Henry Ford fue un visionario por lo que hizo pero también por lo que proyectó aun sin haberlo puesto en práctica. Edificó un emporio que, al momento de establecer sus cimientos, tuvo la audacia de hacer propia una idea ajena y transformarla en una revolución, porque la línea de montaje que convirtió al Ford T en el primer modelo masivo de la historia había sido en verdad un proyecto de Oldsmobile, aunque su auto, el Curved Dash, no tuvo el suceso del modelo del Óvalo. Haberse convertido en millonario le permitió además alimentar su mente inquieta y pensar en plazos más largos, anticiparse un siglo a soluciones reclamadas en el tercer milenio. Entre ellas, apostar por materiales y combustibles derivados de recursos renovables para que el acero en la construcción y el petróleo en la alimentación pudieran ser reemplazados.

Visionario es, según la Real Academia Española, aquel que “se adelanta a su tiempo o tiene visión de futuro”, como lo impuso con la producción en línea. Pero también le cabe el adjetivo a la persona que “por su fantasía exaltada, se figura y cree con facilidad cosas quiméricas”tal como intuyó Henry Ford cuando pensó en construir un auto con carrocería de plástico. Tanto lo creyó que lo corporizó, en forma de prototipo, y con una receta naturista muy llamativa, porque en los albores de la década del 40 el Soybean apareció con una estructura liviana y a priori irrompible en base a una aleación de porotos de soja y cannabis.

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