Parrilli versus los emprendedores

Parrilli versus los emprendedores

El kirchnerismo quiere suspender la constitución de Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS). Se trata del mecanismo para constituir sociedades para emprendimientos de manera más rápida y a menor costo.

Distintas organizaciones de emprendedores reaccionaron con inusitada indignación ante la aprobación en comisión en la Cámara de Diputados del proyecto para suspender por seis meses la ley que permite la constitución de Sociedades Por Acciones Simplificadas (SAS), que promovió el gobierno de Cambiemos. El proyecto, impulsado por el senador K, Oscar Parrilli ya cuenta con la sanción del Senado.

La comisión de Legislación General de la Cámara baja ya emitió el dictamen en torno al proyecto que giró el Senado por lo que la iniciativa quedó en condiciones de ser debatida en el recinto por los diputados.

La Asociación de Emprendedores de Argentina (ASEA), junto con la red Endeavor Argentina, que une a los emprendimientos más importantes del país, y otras más de 40 asociaciones, solicitaron a los diputados que rechacen la iniciativa del oficialismo. Consideran que la posible creación de un registro especial de emprendedores deja a discrecionalidad del Estado la posibilidad de hacer negocios, que resulta un retroceso inédito la vuelta al soporte papel en los trámites ante la Inspección General de Justicia (IGJ) y que hará peligrar puestos de trabajo e impulsar la economía hacia la informalidad.

Desde su cuenta de twitter, Matías Fernández, @matifer, reivindicó haber trabajado en el proyecto que dio origen a las SAS y rechazó enfático el proyecto K de suspensión del sistema de creación de sociedades SAS.

En un hilo, desde esa red social, juzgó: “Uno de los problemas que tiene el Estado es que no mejora sus aptitudes con los sucesivos gobiernos a pesar de tener buenos trabajadores porque se dan cargos políticos en organismos que deberían ser profesionales. Matar la SAS es un error gravísimo. Ojalá se entienda a tiempo”. Y añadió en un siguiente posteo: “El otro problema es conceptual. Argentina suele regular por la excepción. Uno o dos hacen las cosas mal y como tenemos malos sistemas de control castigamos a la totalidad del conjunto. Las reglas deben hacerse para los que quieren cumplirlas y los castigos para los que no”

“Y acá está el problema hoy. Si alguien me dijera: ‘hay que mejorar la SAS’ yo diría “obvio ¿cómo ayudo?”. Pero miren el párrafo que abre los considerandos del proyecto de ley que está en el Congreso. A mí me aburre la chicana. Pero papito…anda al psicólogo” y reproduce dicho parágrafo: “Estas nuevas sociedades se encuentran reguladas por fuera de la ley de Sociedades Comerciales Nº 19.550, con el objetivo de constituir “Empresas Fantasmas” en la mayoría de los casos, con el fin de blanqueo de capitales de dudoso origen y la compra de inmuebles a instancias de la restauración neoliberal de Mauricio Macri. Sin perjuicio de que, sin duda hay verdaderos emprendedores a quienes este tipo societario puede facilitar su actividad empresarial, pero no con los debidos controles estatales”.

Fernández posteó entonces: “Hasta ahí lo que la SAS es. Todos los que hacíamos la SAS sabíamos que había que seguir mejorándola. Argentina no está acostumbrada a soluciones tecnológicas simples desde el Estado. Entonces era una apuesta. Había que todos los años mejorarla un poco más. Pero ayudaba a muchos”. Y tuiteó: “Y ahí un tema central. En la mayoría de los países cuando haces una empresa podes poner simplemente que vas a realizar “cualquier actividad legal”. Y eso alcanza. Acá no. Tenes que decir desde el día uno de la empresa exactamente a qué rubro perteneces. Eso la SAS lo cambió”.  “El Estado muchas veces usa al ciudadano de cadete. Como la IGJ y la AFIP se hablan poco, le dicen al contribuyente: llename esto 20 veces. El colmo por ejemplo era que la IGJ te pedía el alta en AFIP para registrar la sociedad y la AFIP el alta en la IGJ para darte el CUIT”.

Juzgó en su hilo de posteos “Entonces el primer paso es cultural. Es animarse a convertir tu idea en un negocio y atravesar la burocracia. Muchos se quedan ahí. No pasan la puerta. Y es por eso que muchas empresas nacen en argentina directamente en la informalidad o como monotributistas encubiertos” y escribió además: “Lo primero es entender que hacer una empresa asusta. Uno dice «empresa» e imagina grandes empresas, abogados, escribanos. Pero la mayoría de las personas que hacen empresas son 1 o 2 amigos o familiares que no saben si lo que hacen va a funcionar y que nunca vieron un contador”.

De convertirse en ley se suspenderá por seis meses la constitución de las SAS y podrán declararse nulas las inscripciones de las más de 40.000 empresas que se crearon desde el 2017 bajo esa modalidad.

“Es un proyecto que promueve la informalidad. Desaparece la posibilidad de constituir una sociedad en 24 horas y entras en la burocracia, y en llenar trámites estatales. Con el proyecto actual conviene más ser una empresa informal o una sociedad de hecho antes que una SAS”, dice Alejandro Ramírez, responsable de Políticas Públicas de ASEA., quien agregó que el proyecto oficialista Se mete con facultades no delegadas de las provincias como son los registros de empresas, que cada una tiene el propio. Un cordobés, por ejemplo, que quiera armar una compañía va a tener que viajar a Buenos Aires para anotarse como emprendedor en un registro en el Ministerio de Desarrollo Productivo y después volver a su provincia a registrarse. Es avasallante contra el federalismo y es inconstitucional. El Estado no puede definir quién es o no emprendedor”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *